Fue una noche cualquiera, yo vagaba por el bar. Ahora ponía copas, siempre conmigo, una foto y un papel, más respectiva mahou. Aqu ello era bastante solitario. Al llevar 4 versos algo había pasado allí, miré hacia la puerta. Y entonces sonaba Sabina. "¿Pero cómo es posible?", algo me estaba estremeciendo. Yo ya no podía escribir más, allí tenia tu foto, no quise que la vieras. No me reconocías. Yo había cambiado mucho. Por suerte. Me seguías pareciendo la chica, más hermosa de la ciudad, quizá más. Entonces la lucidez llegó a mi mente. De otros paisajes otros tiempos. Cruzamos miradas, y...lo hice. Me miraste así tan duro. "Perdona" "¿Me ha llamado?" "Sí, ¿Qué va tomar?" “Un Gintonic, por favor" Yo ya lo sabía, ambos lo bebíamos cuando paseábamos por Londres. Cuando ocupamos la Sorbona en aquel Mayo Francés. Tan jóvenes. ...
Aquí se mezcla el sueño y la realidad. La utopía con la razón.