Lo niego todo. Niego que la idea de España tenga que ser la que le dan 'los cuatro' que se concentran siempre con la bandera rojigualda, porque casualmente siempre lo hacen en favor de quitarnos algún derecho. Lo hicieron cuando se aprobó el matrimonio homosexual, lo hicieron para negar el derecho al aborto de las mujeres. Ahora quieren negarle autoritariamente al derecho a votar de los catalanes. Me niego que se apropien una vez más de nuestra bandera para darle su significado reaccionario y militar. Nuestra España es plural, diversa, progresista y sobre todo democrática.
Amo Catalunya, amo su gente y su cultura, por eso mismo me entristecería y vería como incompleta a mi España si se fueran.
Pero en el siglo XXI los pueblos del mundo deben ser libres para elegir y decidir su futuro, de lo contrario estaríamos desnaturalizando la democracia. Los problemas políticos colectivos no se resuelven con el código penal ni con la policía reprimiendo votantes o deteniendo a políticos. Tampoco la Constitución es un código penal, si no un pacto. Un pacto que el PP dinamitó en el año 2010 al recurrir un Estatut votado por todos los catalanes. Dejemos decidir en un referéndum pactado y resolvamos el problema colectivo.
Si de corazón queremos que Catalunya sea parte de España ofrezcámosles y ofrezcámonos a nosotros mismos un proyecto de futuro, un horizonte común de mejora y ampliación de derechos sociales y democráticos. Porque de eso se trata de avanzar y de mejorar juntos. Para eso hay que echar al PP, ellos de forma irresponsable están alentando al enfrentamiento, a lo militar, a los golpes, a robar urnas. Ellos nos han llevado hasta aquí al negar el problema cuando el independentismo era minoritario.
Que se vayan ya y no hagan más daño a nuestro país.
Que cuando sonríe, el mundo entero renace entra en trance renovador o "transición". A los prados vuelve ese verdor, de vida creador. El cielo vuelve a pintarse azul, como si extraños pintores, nos regalaran este amanecer, cual reyes magos se tratara. La primavera florece, cual revolución poética de Neruda. A la noche, la luna llena sale, alegre entre los jardines, alumbrando las ciudades de aquel mund o utópico, sin injusticias. Nuestra utopia llega con tu sonrisa tímida. Al ser tímida, llega sin hacer ruido, sin grandes líderes, pero con grandes verdades, porque como aquel revolucionario ruso decía: "La verdad es siempre revolucionaria". Ya ves, con una sonrisa has arreglado el mundo en un instante, que no podrás conseguir. Quien tenga una muestra de esa sonrisa que tire la primera piedra... Probablemente esa sonrisa también sea utópica y por eso estamos así. O no lo sea. Tiren la primera piedra.
Comentarios
Publicar un comentario