El 23 de Febrero de 1981 España puso la televisión y dijo: "Yo no soy como ese". El 23F se fundó el relato de esta democracia que padecemos. Democracia falta. Más que de contenidos, falta de ciudadanos plenos. Tenemos tal falta, que cumplir con los contenidos es poco menos que revolucionario.
Ayer, en el Congreso asistimos a otra manifestación de déficit democrático. Me aventuraría a decir que tenemos más déficit democrático que presupuestario. En tanto en cuanto no solventemos el primero, tendremos el segundo, que recaerá siempre sobre las personas.
El debate de ayer en el Congreso viene contaminado desde el mismo día que se acuerda la fecha por los dos grandes beneficiados CiU y PP. Que participaron de la parafernalia mediática para obtener un rédito electoral de cara a las elecciones europeas. Ni la buena burguesía catalana, ni la española, creen en el derecho a decidir de los pueblos.
Lo que se decidía en el Congreso en la tarde de ayer era: delegar la competencia estatal de convocar referéndums consultivos no vinculantes, que no conocemos lo que es los ciudadanos españoles en 36 años de democracia. Delegarla para que así, el pueblo catalán se exprese democráticamente en las urnas. Entonces, cuando se sepa la opinión del pueblo catalán se tendrán o no, elementos para negociar; para fijar un nuevo marco de convivencia o una posible independencia que, en ambos casos votarían todos los españoles, conforme a la Constitución del 78.
Relatado así, parece impensable no dejar que el pueblo se exprese en una sociedad que se llama a sí misma democrática. El problema es que no lo es, esta democracia nació del: "Yo no soy como ese militar, luego, soy un demócrata". O del: "Vota cada cuatro años y no te metas en política" y luego no me pidas que cumpla el programa electoral, porque entonces, no habrás entendido nada.
La democracia se basa como su propio nombre indica, en el gobierno de todos, gobernar para las mayorías. Y esto se traduce: en el control por parte de los medios de producción y, la redistribución de la riqueza como base, para un mundo más justo y equitativo. Vamos a organizarnos y a exigir que tenemos derecho a decidir sobre estas, y otras muchas cosas. Nuestra historia la hacemos, nosotros, los pueblos.
Una vez más, nos daremos cuenta que el sistema donde vivimos (capitalismo) no es democrático y tiene la suficiente fuerza: medios de comunicación, educación, gobiernos, corrupción; para no dejarnos decidir sobre esas cuestiones tan fundamentales.
Dicen que el socialismo te quita muchas tardes libres y, en esas estamos. Construyendo la hegemonía desde abajo, para tener realmente el derecho a decidir.
Ayer, en el Congreso asistimos a otra manifestación de déficit democrático. Me aventuraría a decir que tenemos más déficit democrático que presupuestario. En tanto en cuanto no solventemos el primero, tendremos el segundo, que recaerá siempre sobre las personas.
El debate de ayer en el Congreso viene contaminado desde el mismo día que se acuerda la fecha por los dos grandes beneficiados CiU y PP. Que participaron de la parafernalia mediática para obtener un rédito electoral de cara a las elecciones europeas. Ni la buena burguesía catalana, ni la española, creen en el derecho a decidir de los pueblos.
Lo que se decidía en el Congreso en la tarde de ayer era: delegar la competencia estatal de convocar referéndums consultivos no vinculantes, que no conocemos lo que es los ciudadanos españoles en 36 años de democracia. Delegarla para que así, el pueblo catalán se exprese democráticamente en las urnas. Entonces, cuando se sepa la opinión del pueblo catalán se tendrán o no, elementos para negociar; para fijar un nuevo marco de convivencia o una posible independencia que, en ambos casos votarían todos los españoles, conforme a la Constitución del 78.
Relatado así, parece impensable no dejar que el pueblo se exprese en una sociedad que se llama a sí misma democrática. El problema es que no lo es, esta democracia nació del: "Yo no soy como ese militar, luego, soy un demócrata". O del: "Vota cada cuatro años y no te metas en política" y luego no me pidas que cumpla el programa electoral, porque entonces, no habrás entendido nada.
La democracia se basa como su propio nombre indica, en el gobierno de todos, gobernar para las mayorías. Y esto se traduce: en el control por parte de los medios de producción y, la redistribución de la riqueza como base, para un mundo más justo y equitativo. Vamos a organizarnos y a exigir que tenemos derecho a decidir sobre estas, y otras muchas cosas. Nuestra historia la hacemos, nosotros, los pueblos.
Una vez más, nos daremos cuenta que el sistema donde vivimos (capitalismo) no es democrático y tiene la suficiente fuerza: medios de comunicación, educación, gobiernos, corrupción; para no dejarnos decidir sobre esas cuestiones tan fundamentales.
Dicen que el socialismo te quita muchas tardes libres y, en esas estamos. Construyendo la hegemonía desde abajo, para tener realmente el derecho a decidir.
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